Legión de Honor
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El CFG se complace en comunicar la distinción de Caballero de la Legión de Honor que la República Francesa ha otorgado recientemente a nuestra socia y miembro de la Junta Directiva Doña María Luisa de Contes.
Fundado por Napoleón Bonaparte en 1802, la Legión de Honor es la distinción de mayor nivel otorgada por el Estado Francés; sus miembros son recompensados por sus méritos inminentes al servicio de la nación -en todos los sectores de actividad, cumpliendo con su principio de universalidad.
Estas condecoraciones implican a todos los sectores de actividad del país, respondiendo así a la vocación de universalidad de la Legión de honor: un 25,2% provienen del sector económico, el 23,4% de la función pública (fuera de la docencia-investigación y sanidad-social-humanitario), el 21,7% de la docencia-investigación, el 10,2% de la sanidad-social-humanitario, el 7,4% pertenecen al sector de la comunicación y la cultura, el 6,8% son políticos y el 5,3% restante se reparten entre antiguos combatientes, intelectuales y deportistas.
El procedimiento de atribución de la Legión de Honor obedece al principio de separación de poderes.
Solo los ministros pueden proponer –según la contingencia preestablecida- las personas candidatas a la nominación o promoción de esta condecoración. Para ello, se apoyan en su asesoría, su equipo de condecoraciones y en las direcciones internas y territoriales de su ministerio.
El código de la Legión de honor precisa en su primer artículo que se trata de una “recompensa por méritos inminentes adquiridos al servicio de la nación, sea a título civil o militar”.
Los “méritos eminentes” de los condecorados pueden ser muy diferentes entre sí, y el objetivo es apreciar la acción de un ser humano, única por definición. La notoriedad de los actos debe ser reconocida y se requiere un mínimo de veinte años de actividad profesional.
Los legionarios obran en beneficio de la sociedad y no en el suyo propio. Contribuyen al bien público a través de la creación de empleo, el desarrollo de la enseñanza y el apoyo a los desfavorecidos. Aportan competencias que favorecen la innovación tecnológica, científica, médica, ecológica, así como la creación artística e intelectual.
Contribuyen a que Francia sea reconocida en el extranjero, bien por su papel diplomático, por su talento deportivo o por el despliegue comercial de su empresa. La lista de estos méritos no puede ser exhaustiva, por lo que cada mérito es valorado de acuerdo al campo de actividad al que pertenezca.
Fundado por Napoleón Bonaparte en 1802, la Legión de Honor es la distinción de mayor nivel otorgada por el Estado Francés; sus miembros son recompensados por sus méritos inminentes al servicio de la nación -en todos los sectores de actividad, cumpliendo con su principio de universalidad.
Estas condecoraciones implican a todos los sectores de actividad del país, respondiendo así a la vocación de universalidad de la Legión de honor: un 25,2% provienen del sector económico, el 23,4% de la función pública (fuera de la docencia-investigación y sanidad-social-humanitario), el 21,7% de la docencia-investigación, el 10,2% de la sanidad-social-humanitario, el 7,4% pertenecen al sector de la comunicación y la cultura, el 6,8% son políticos y el 5,3% restante se reparten entre antiguos combatientes, intelectuales y deportistas.
El procedimiento de atribución de la Legión de Honor obedece al principio de separación de poderes.
Solo los ministros pueden proponer –según la contingencia preestablecida- las personas candidatas a la nominación o promoción de esta condecoración. Para ello, se apoyan en su asesoría, su equipo de condecoraciones y en las direcciones internas y territoriales de su ministerio.
El código de la Legión de honor precisa en su primer artículo que se trata de una “recompensa por méritos inminentes adquiridos al servicio de la nación, sea a título civil o militar”.
Los “méritos eminentes” de los condecorados pueden ser muy diferentes entre sí, y el objetivo es apreciar la acción de un ser humano, única por definición. La notoriedad de los actos debe ser reconocida y se requiere un mínimo de veinte años de actividad profesional.
Los legionarios obran en beneficio de la sociedad y no en el suyo propio. Contribuyen al bien público a través de la creación de empleo, el desarrollo de la enseñanza y el apoyo a los desfavorecidos. Aportan competencias que favorecen la innovación tecnológica, científica, médica, ecológica, así como la creación artística e intelectual.
Contribuyen a que Francia sea reconocida en el extranjero, bien por su papel diplomático, por su talento deportivo o por el despliegue comercial de su empresa. La lista de estos méritos no puede ser exhaustiva, por lo que cada mérito es valorado de acuerdo al campo de actividad al que pertenezca.
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