COGITI
El presidente del Consejo General, José Antonio Galdón Ruiz, impuso la insignia de Oro y Brillantes a Alfonso Guerra, perito industrial y ex vicepresidente del Gobierno de España (entre 1982 y 1991), en el transcurso de una comida-homenaje celebrada en su honor, que contó con la presencia de los decanos/as de los Colegios de Ingenieros Técnicos Industriales de toda España.
Con este homenaje, la Ingeniería Técnica Industrial quiso agradecer a D. Alfonso Guerra su contribución a la profesión. En este ámbito, por todos es conocido el importante papel que desempeñó en la aprobación de la Ley 12/1986, de 1 de abril, sobre regulación de las atribuciones profesionales de los Arquitectos e Ingenieros Técnicos; una ley muy esperada y necesaria por todos estos profesionales.
Como él mismo ha indicado, la ley de regulación de las atribuciones profesionales era un acto de justicia, que además dinamizó el papel de los Ingenieros Técnicos en nuestro país, delimitó competencias y dio un gran impulso a lo que en la industria desempeñan los profesionales.
El acto tuvo lugar, el pasado sábado 11 de diciembre, en el Club Financiero Génova (Madrid), ante la presencia de numerosos invitados, decanos/as de los Colegios y representantes de las instituciones de la Ingeniería Técnica Industrial, compañeros de profesión de Alfonso Guerra, que no quisieron perderse este emotivo homenaje.
El evento comenzó con las palabras de José Antonio Galdón Ruiz, presidente de COGITI, en las que repasó, en primer lugar, los puntos más destacados de la trayectoria del homenajeado, tanto en el ámbito profesional (es perito industrial por la Escuela de Peritos de Sevilla, y ha sido profesor universitario), como político e institucional.
“D. Alfonso Guerra tiene una trayectoria intachable y es un orgullo para nuestra profesión”, expresó Galdón, y continuó: “Nuestra profesión es agradecida y sabe valorar a los que realmente han hecho que nuestra profesión sea grande. Me refiero a los cientos de miles de colegiados que con su trabajo han hecho que día tras día nuestra profesión sea lo que es hoy. Hay personas que sobresalen, con un liderazgo especial, y tienen sus propias convicciones y las llevan a gala. Se trata de la capacidad de asumir esas responsabilidades. Destacan del resto y en momentos clave han hecho posible dar un empujón a algo de lo que nuestra profesión siempre andamos muy necesitados. Siempre hemos querido defenderos de los ataques, y nadie nos ha regalado nada, lo que hemos conseguido, lo hemos tenido que demostrar”.
En este sentido, recordó que Alfonso Guerra “ha sido artífice, impulsor y partícipe de la Ley 12/1986. Es una ley corta y que dice de forma clara y concisa que no se trata de que tengamos más o menos atribuciones, sino que se trata de que se ponga por escrito lo que la justicia ya nos estaba reconociendo. Somos las únicas profesiones de la Ingeniería que tenemos una ley democrática y constitucional donde se recogen nuestras atribuciones. Los ingenieros hemos respondido y hemos generado riqueza y crecimiento en los últimos 40 años en España. Se nos ha dejado trabajar y tenemos que estar orgullosos del trabajo bien hecho, para no defraudar a los que apuestan por nosotros”.
Y para concluir señaló que “nuestra profesión es más necesaria que nunca y tenemos que seguir trabajando con esa fortaleza y dinamismo. Tenemos que dar lo mejor de nosotros mismos. D. Alfonso aquí se te quiere y se te respeta. Vas a formar parte de un grupo selecto, donde solo está D. Ramón Entrena (asesor jurídico del COGITI durante 50 años), al recibir la Insignia de Oro y Brillantes, la máxima distinción que otorga la profesión.
A continuación, tomó la palabra Alfonso Guerra, que se mostró muy agradecido al Consejo General, a los Colegios y a sus compañeros de profesión, por recibir esta distinción “tan importante”, y “sin que haya méritos por mi parte”. “Me reconocen el que yo en un momento determinado, en 1986, tomara partido de una manera lo más eficaz posible sobre una causa en la que creía yo y cualquier persona que tuviera un sentimiento democrático y de justicia. No era justa la situación que tenía la profesión, con la ley de 1964. Yo tenía conocimiento de ello por haber hecho los mismos estudios, y porque tenía mucha conexión con los decanos de los Colegios y directores de las Escuelas. Tenía que hacer algo, pero lo hubiera hecho cualquier persona. La vida es larga, pero rápida, y hay que aprovechar los momentos”, expresó.
En referencia a la profesión de Ingeniero Técnico Industrial, indicó: “Esta es una profesión tangible, que se puede tocar, y es la representación de la solidez, porque aúna la técnica y la humanidad. Hay que tener una base matemática no solo en profesión, sino también en la vida. Además, esta profesión toca intereses públicos y privados. No hay distinción, no hay choque, sino que está muy unido”.
“Llevaré esta distinción con orgullo. Yo lo que hice fue luchar por una causa justa, y había una merma de posibilidades de unos profesionales, que había que reconocer y darles ese derecho. Si alguna vez hay alguien que vuelve a querer quitar alguna de vuestras capacidades y competencias, me llamáis, que aquí estoy dispuesto”, concluyó ante los aplausos de todos los invitados.